3.4.09

belleza



Es una escena, un encuentro casual, un principio de diálogo que rápido se transforma en un argumento que se extiende demasiado. Sócrates pregunta, Hipias responde. Lo de siempre, Sócrates repite su pregunta y cada vez que la repite, aparentando acomodarse a la respuesta que descarta, continua su argumento. Hipias responde, intenta responder sin conseguirlo, son variaciones de una misma respuesta que indefectiblemente falla. Sócrates repite la pregunta. Hipias responde y mientras responde pasa del entusiasmo a la perplejidad, de la exasperación al hartazgo. La pregunta: ¿Que es lo bello? La respuesta, algunas de sus variantes: las cosas bellas, una mujer, un caballo, una vasija, eventualmente cualquier cosa, cada una en su manera, un poco agua, una piedra, madera, un hombre, las cosas que siempre son bellas, la virtud y los honores, poder obtener todo lo que se desea, el poder y lo que ayuda, hablar con elegancia y ser elocuente, que la vida sea larga y la suerte sea buena, la música, los adornos, el vino y las comidas, los amantes y los perfumes y todo lo que da placer y aquieta el pensamiento y trae calma, eso que tienen en común las cosas que siempre son bellas.





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